Un flujo estable de endorfinas y Sustancia P a través de nuestros cuerpos fortalece nuestro sistema inmunológico, nos mantiene sintiéndonos felices, jubilosos, optimistas y energizados. Esto eleva nuestro sentido de sentirnos bien para que nos sintamos más calmados, más centrados y concentrados sin importar qué tipo de eventos llenos de tensión estén sucediendo alrededor de nosotros.
Fisiológicamente, estos químicos cerebrales mejoran la circulación, reducen la presión sanguínea, aumenta el calor corporal moderado y mejora el control de peso. La bondad nos ayuda a relajarnos para que podamos conectarnos con otros y con nuestros propios sentimientos buenos.
Lo contrario también es verdad. Cuando nosotros estamos enfadados con otros, esto detiene el flujo de éstos químicos que nos hacen sentir bien. Ellos son reemplazados por los cortisoles y otras formas de adrenalina que crean enojos, peleas y comportamientos fríos asociados con el trauma y la tensión.
Cuando ellos fluyen a través de nuestros cuerpos, tenemos un “fusible corto” que nos hace sentirnos irritables, hostiles, desvalidos y deprimidos. La exposición a largo plazo a estos químicos agota los órganos del cuerpo, baja la función del sistema inmunológico y nos conduce a enfermedades y desasosiegos. La tensión y las emociones negativas causan que nuestro ADN se contraiga, lo que detiene nuestra evolución.
Nosotros escogemos transmitir energía que esté arriba del Do Central o debajo de él. Nuestra opción crea nuestra realidad. . . ¡Nosotros no sólo conseguimos lo que esperamos, sino que conseguimos lo que TRANSMITIMOS!
Así, pues, tome el Desafío del AMOR/Evolución. Practique actos de bondad y de cambio radical durante una semana y vea lo que pasa. El amor que usted manda desde su corazón es la fuerza más poderosa que existe. Cuando usted hace esto, encontrará su ser rodeado por una fuerza de amor incondicional y se transformará, junto con la Tierra.
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